sábado, 11 de julio de 2009

Busto de Carlos V

Autor: Atribuido a Leone y Pompeo Leoni
Fecha: Hacia 1555
Técnica: Mármol
Medidas: 91 x 63 x 38 cm. (altura del pedestal 24 cm.)

Localización: Plasencia. Palacio de los Marqueses de Mirabel.


Atribuida por sus características estilísticas a Leone Leoni (h.1509-1590) y su hijo Pompeo Leoni (h.1530-1608), se ha llegado a pensar que fuese el propio emperador quien obsequiase a D. Luis de Ávila y Zúñiga, segundo Marqués de Mirabel, con la obra. Gracias a una carta del propio Leone Leoni dirigida al gobernador de Milán, Ferrante Gonzaga, sabemos que conocía personalmente a D. Luis de Ávila y Zúñiga, personaje muy cercano al emperador, que coleccionó restos arqueológicos y decoró la escalera del palacio placentino con una serie de escenas de batallas de Carlos V, en algunas de las cuales él también participó.
El escultor Leone Leoni entraría al servicio de la casa de Austria en 1542, manteniendo sesiones de posado con el propio Emperador en varias ocasiones, como en Bruselas en 1549 y 1555 y en Habsburgo en 1551. Leone eludirá el compromiso de trasladarse a España con la abdicación del Emperador y, en su lugar, será su hijo Pompeo quien llegue en septiembre de 1556, junto al séquito real, con las esculturas y bustos, tanto de mármol como de metal, encargados por el emperador y que, realizados por su padre, el terminará o reparará de los desperfectos sufridos durante la travesía. Sin embargo, ninguna de estas esculturas acompañará a Carlos V hasta su última morada en Yuste, aunque se conoce el interés que tenía por saber del destino de aquéllas ya que en 1558 su secretario Juan Vázquez le comunica de forma epistolar que "los bultos están a buen recaudo".
El Emperador sí llevó consigo al Monasterio de Yuste un medallero de carácter familiar de puertas batientes que al abrirse mostraba el anverso y reverso de nueve medallas y un camafeo, de las cuales, el dicho camafeo y siete de las medallas habían salido del taller milanés de Leone, la escuela italiana de fundición más importante de la Europa del siglo XVI. En sus medallas se verán reflejados los modelos escultóricos por él realizados, siendo en el caso del Emperador coronado con laurel y luciendo el Toisón el modelo más cercano a una de las medallas fechadas en 1555, en la que aparece junto a su hijo Felipe II.
Es conocida la amplia formación y cultura de ambos artistas, padre e hijo. Además de su compartida admiración por la antigüedad, sentían predilección por Miguel Ángel, con quien Leone mantuvo una gran relación, y por la figura de Leonardo da Vinci del que éste conservaba en su biblioteca, de casi trescientos ejemplares, diez de los trece volúmenes que formaban la recopilación de manuscritos y dibujos del artista.
El busto de Carlos V que se incluye en la exposición y que Ponz pudo contemplar situado en el jardín elevado o pensil renacentista del Palacio de los Marqueses de Mirabel de Plasencia, representa al Emperador con poblada barba de pequeños rizos, coronado de laurel y con armadura en la que aparece un crucifijo y el Toisón de Oro. En el pequeño pedestal sobre el que se sustenta aparece la inscripción: CA. V. R. I. [Carlos V Emperador de los Romanos], mientras que en la placa de bronce de la base encontramos: CAROLO QUINTO / ET E ASSAY QUESTO PERCHE SE / SA PER TUTO IL MONDO IL RESTO [Carlos V, y es bastante esto, porque se sabe por todo el mundo el resto].
La búsqueda de la idealización de la figura, el revestimiento con armadura, la tipología de peinado y barba a la romana, las inscripciones en letras capitales latinas, intentan ofrecer al espectador un aspecto casi divinizado de Carlos V, aunque es sabido que Leone buscaba sus modelos en los retratos que Tiziano realizó del emperador, artista con el que mantuvo una gran amistad, ya que el propio Carlos V no quería que se perdiesen por completo los rasgos físicos que le individualizaban. Junto a esto aparecen otras características propias de las obras de los Leoni, como es el envaramiento de la figura que, en este caso, inclina su cabeza hacia abajo, posiblemente porque debiera ser situada por encima del nivel de la vista del espectador, y su minucioso detallismo en el trabajo de la coraza, lo que también se refleja en la realización de las medallas llevadas a cabo por Leone, que los convierten en ejemplo del género oficial y de aparato.
Esta imagen pétrea del Emperador verá también su reflejo en la pintura como símbolo de majestad, acentuándose por el distanciamiento y gravedad de la representación escultórica. Ejemplo de ello sería el retrato conservado en la Galería Nacional de Parma, del círculo de Sebastiano del Piombo, con la representación de su hija Margarita de Austria, que llegó a ser Gobernadora de los Países Bajos, en el que aparece efigiada junto a un busto de Carlos V de similares características. También otros artistas italianos efigiaron al Emperador. Uno de los ejemplos más cercanos a la armadura que viste Carlos V en el caso placentino y anterior a éste, sería el busto realizado por Fray Giovanni Angelo Montorsoli (1507-1563) entre 1535 y 1536 conservado en el Museo de San Martino en Nápoles.

1 comentario:

Víctor Hugo dijo...

Acabo de ver esta pieza en el Museo Arqueológico Regional de Madrid, e Alcalá de Henares y es espectacular. Saludos.