domingo, 20 de enero de 2013

Alonso de Camargo


Alonso de Camargo, navegante español del siglo XVI.
Salió de Sevilla en agosto de 1539 con la expedición encomendada a fray Francisco de Ribera, compuesta de 3 naves, a explorar los pasos del estrecho de Magallanes y colonizar Tierra del Fuego.
La expedición fue costeada por el obispo de Plasencia Gutierre de Vargas Carvajal (1506-1559).
A la vista del cabo Vírgenes, el 12 de enero de 1540, fondearon las naves, pero un duro viento les echó a más de 60 leguas mar afuera. La nave al mando de Alonso de Camargo llega a lo que se cree que son las Malvinas.1
Al entrar, el 20 de enero, en el estrecho, pasan la primera angostura, y, al embocar la segunda, con mar agitado y viento huracanado se pierde la nave capitana, salvándose la tripulación (150 hombres) junto con Francisco de Ribera, que consiguen llegar a la costa en bajeles pero quedan abandonados a su suerte en las márgenes del estrecho. Se internaron tierra adentro, en la Patagonia teniendo como jefe al capitán Sebastián de Argüello, ya que Francisco de Ribera moriría pronto. De ellos dícese que fueron los fundadores de una ciudad de Patagonia, la ciudad de los Césares, llamada también Trapalanda o Ciudad Encantada.2 Las historias y leyendas sobre la suerte de estos náufragos empezaron a correr por Chile, Buenos Aires y el Tucumán. Hubo indios que aseguraron haber estado con Argüello y otros compañeros de fray Francisco. En 1589, el gobernador de Tucumán, Juan Ramírez de Velazco, toma testimonio a unos indios que dicen haber visto a los de Trapalanda en su ciudad maravillosa. Dos marineros anduvieron por Chile quejándose de haber sido expulsados de la Ciudad Encantada en 1620. Lo cierto es que, históricamente, no ha podido ser comprobado.
La segunda nao, al mando de Gonzalo de Alvarado, un veterano del Plata, lucha durante días contra el viento y el oleaje y, tras romper el ancla, se ve obligado a pasar 6 meses en el cabo Vírgenes, desde donde vuelve a España en noviembre de 1940.
La tercera nao, cuyo nombre se ha perdido y que algunos historiadores llaman la Incógnita, al mando de Camargo pudo pasar el estrecho, avistar las costas de Chiloé y consiguió llegar a Arequipa (Perú).,3 4 5 Allí se pierde de vista a Alonso de Camargo, desconociendose el lugar de su muerte.

Fuentes:  
 Ernesto Basilisco: La armada del obispo de Plasencia y el descubrimiento de las Malvinas
 Pacho O´Donnell, El rey blanco, Ed. Sudamericana
 Diego Barros Arana: Historia General de Chile, Tomo I, Cap. IV
 Insituto Historico de la Marina: Colección de diarios y relaciones para la historia de los viajes y descrubrimientos, Madrid, 1943, p. 20-23
 Enciclopedia general del Mar, Barcelona, 1988, ediciones Garriga, pág. 588.